LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN ACTORAL

Entrenar la percepción en escena es abrir una forma de ver. Este laboratorio busca afinar esa mirada, ejercitarla en acción y descubrir cómo se organiza lo que parece espontáneo. Observar una escena es enfrentarse a la lógica oculta que la sostiene.

La propuesta se sostiene como un proceso abierto: se construye en tiempo real a través de la actuación, con tensiones, decisiones y gestos que revelan estructuras invisibles. La comunicación no verbal, el símbolo y el cine son los marcos que atraviesan esta práctica. No se abordan como teoría ni como disciplinas separadas, sino desde la acción escénica misma.

Una forma de ver

Percibir en escena es entrenar una sensibilidad capaz de captar lo que no aparece a simple vista: movimientos ocultos, climas internos, decisiones que organizan lo visible. El símbolo y la comunicación no verbal son soportes que permiten leer esas lógicas mientras se actúa. La astrología puede sumarse como marco de referencia simbólica, pero no se enseña desde cero: está pensada para quienes ya cuentan con conocimientos previos y desean trabajarlos dentro de la práctica.

Una práctica viva

El laboratorio se apoya en principios del Ki, entendido como organización de la energía y del centro en la acción. Lejos de toda visión mística, se entrena como fuerza concreta que estructura la presencia escénica y afina la disponibilidad física. El trabajo no se limita a acumular técnicas: se sostiene como práctica viva, ajustada al tiempo y a la escena.

El lenguaje simbólico en acción

Aquí el símbolo no se interpreta desde afuera, se activa en la escena. Lógicas invisibles se vuelven visibles cuando se actúa, se improvisa, se construye un personaje o se analiza un gesto. El cine y el lenguaje simbólico (incluida la astrología, cuando corresponde) funcionan como detonantes que estimulan decisiones, sentidos y composiciones.

Las máscaras como artefactos de invocación

Las máscaras aparecen cuando la práctica lo requiere. Son dispositivos que intensifican la concentración y condensan forma, ritmo y estructura. No representan, sino que exponen tensiones latentes y las hacen trabajar en escena.

El cine como campo de lectura

Las películas se estudian escena por escena, cuadro por cuadro. No como análisis externo, sino como un cruce vivo entre lectura simbólica, comunicación no verbal y trabajo actoral (las clases de cine pueden tomarse por separado). Esa mirada permite descubrir detalles estructurales que suelen pasar inadvertidos y que después se trasladan al cuerpo y a la improvisación.

Una fenomenología de la escena

Todo el trabajo del laboratorio se articula en función de este estudio: una fenomenología de la escena donde gesto, signo y cuerpo dialogan en una misma realidad compartida. Se investiga lo que se manifiesta cuando el arte se vuelve acto.